El síndrome del Norte es una afectación psíquica padecida por los miembros de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado destinados en el País Vasco y en Navarra debido a la presión psicológica generada por el terrorismo de ETA. Os contamos su historia, los síntomas y su diágnostico.
Entre 1968 y 2011, el terrorismo etarra se cobró las vidas de 97 militares y 397 miembros de las FCSE, sembrando un pánico y estado de alerta constantes entre los restantes miembros (Hidalgo, n.d.).
Los síntomas presentados por los afectados tienen su origen en el estrés al que estaban sometidos, no solo en el desempeño de sus funciones laborales, sino igualmente en su día a día en Euskadi. La estancia de los Policías Nacionales y Guardias Civiles en poblaciones más pequeñas se convirtió en un auténtico martirio para muchos de ellos, sujetos a constantes escraches por parte de simpatizantes de ETA, así como una tensión permanente por esta situación de inminente riesgo.
Por un lado, al constituir las FCSE el blanco principal de ETA, despedir a un compañero asesinado por la banda terrorista era un suceso recurrente, generando en sus camaradas una hipervigilancia y elevada ansiedad por temor a ser los siguientes. Por otro lado, sufrían un acoso social importante en su cotidianeidad, por medio de agresiones verbales, desprecios y etiquetas deshumanizadoras (eran llamados txacurra, que significa perros en euskera) (Hidalgo, n.d.).
Esta situación de altísima tensión generó en muchos miembros de las FCSE una serie de síntomas que afectaron severamente su salud mental, entre ellos un alto grado de desconfianza y estrés. En algunos casos la ansiedad vivida desembocó en adicciones al alcohol y a las drogas e incluso en suicidios.
Breve recorrido histórico
La banda terrorista ETA (Euskadi Ta Askatasuna, Euskadi y Libertad) nace en 1959 en Bilbao. Los postulados que defiende son la defensa del euskera, el etnicismo, el antiespañolismo y la independencia de los territorios que consideran parte de Euskadi. El grupo terrorista comienza a movilizarse para lograr la independencia de Euskadi a través de métodos violentos. Se cobra su primera víctima mortal el 7 de junio de 1968, el Guardia Civil José Pardines Acay, el primero de muchos agentes asesinados (El Mundo, 2009).
Entre los actos más notorios de ETA destaca el asesinato del almirante Luis Carrero Blanco en 1973, marcando el tinte violento que adoptaría la banda. En los años 80 se producen varios atentados con múltiples víctimas, entre los cuales destacan la explosión de un coche bomba en la Plaza de República Dominicana en Madrid y en la explosión en el parking del Hipercor de Barcelona. Estos atentados infundieron pánico en la población española, reforzado por la violencia callejera que organizaban los miembros del grupo terrorista (El Mundo, 2009).
Otra táctica empleada por ETA era el secuestro, una vía de presión al gobierno. Entre los 77 secuestros que orquestó la banda, el más largo e impactante para la nación española fue el secuestro de José Antonio Ortega Lara, liberado tras 532 días de duro cautiverio (El Mundo, 2009).
El 20 de octubre de 2011, ETA anunció el cese definitivo de su actividad armada, marcando un día histórico tras 52 años de violencia y 829 víctimas mortales (Sainz, 2011).
La vida en el norte
Para los mayoritariamente jóvenes agentes destinados al País Vasco y Navarra entre 1970 y 1990 (aproximadamente), la vida en el norte no era nada fácil. Desde el momento en el que llegaban a Euskadi sentían el rechazo de gran parte de la población, la cual los insultaba a su paso, les lanzaba objetos, los amenazaba… en el momento en el que conocían su condición de Policía o Guardia Civil. Muchos trataban de ocultarlo a sus vecinos, sus conocidos, quienes les atendían en el supermercado, etc., ya que una vez marcados, eran tratados con gran desprecio. Este trato no solo se limitaba a los propios agentes, sino que lo sufrían igualmente sus familias.
Sumada a esta presión social se añadía la presión laboral. A las tantas de la madrugada, recibían en comisaría una llamada indicando que había una pelea en la calle. Todos sabían que había una alta probabilidad de que fuera una trampa para atacar a los agentes que fueran al lugar de la presunta disputa. Con gran reticencia y temor, se dirigían a la zona indicada. Mientras pasaban por la calle rezaban porque su furgón no saltara por los aires, víctimas de un nuevo atentado. Aunque corriesen mejor suerte que otros y no sucediera, la tensión vivida en esa situación y la ansiedad generalizada que les producía dejaban sus propias marcas en los agentes, en ocasiones, totalmente irreversibles.
Los continuos ataques de ETA hacia los Policías y Guardias Civiles acabaron con las vidas de muchos de ellos, dejando a sus compañeros con el tremendo temor a ser los siguientes. Todos los días llegaban noticias de un nuevo ataque, una nueva víctima, llegando algunos a presenciar el asesinato de sus camaradas. La pérdida de los compañeros, además del duelo natural, implicaba un incremento de la ansiedad, un sentimiento de desprotección frente a los ataques sufridos en un entorno muy hostil.
Primer diagnóstico
El síndrome del Norte no es una patología oficialmente reconocida, lo cual ha dificultado históricamente su diagnóstico. Se estima que unos 15.000 agentes han sufrido e incluso sufren en la actualidad las consecuencias de su estancia en Euskadi en los tiempos de mayor conflicto. Sin embargo, solo unos pocos han recibido el apoyo de los tribunales en su intento de rehabilitarse (Pascual, 2015).
Muchos de los afectados recurrieron al alcoholismo o a la drogodependencia para lidiar con el enorme estrés al que estaban sometidos, otros acabaron quitándose la vida ante la falta de asistencia psicológica para superar lo que les había sucedido (Todo Policía, n.d.).
El primer caso en el que se reconoció la afectación de un agente por este síndrome fue en 1985, año en que el Guardia Civil José Antonio Sánchez García, de 25 años, fue condenado por el homicidio de Eduardo Sigfrido Pérez Lana (Yárnoz, 1985). El inexplicable homicidio fue atribuido por un reconocimiento médico al frágil estado psíquico del agente tras su destino en Euskadi, rebajándose su condena significativamente (Pascual, 2015).
No es el único caso en el que los tribunales han reconocido la influencia del trastorno. El suicidio de un policía sevillano que estuvo destinado casi una década en el País Vasco fue considerado consecuencia directa de su experiencia traumática en el norte, declarándole la Audiencia Provincial de Sevilla una víctima del terrorismo de ETA (El País, 2001).
Los sindicatos policiales lucharon por el reconocimiento del síndrome por parte del Gobierno español, el cual negó su existencia por las consecuencias económicas que acarrearían las indemnizaciones por riesgo laboral (Yárnoz, 1985). Algunos psicólogos abogan por la aplicación del Trastorno de Estrés Postraumático en estos casos, cuyos síntomas son similares a los presentados por los agentes (Fuentes, 2018). Sin embargo, a día de hoy, pocos agentes han recibido un diagnóstico y tratamiento por las consecuencias de su paso por el norte.
Bibiliografía
El Mundo. (2009). La dictadura del terror. El Mundo. Obtenido de La dictadura del terror: https://www.elmundo.es/eta/historia/index.html
El País. (2001). Un tribunal culpa a ETA del suicidio de un policía a causa del "síndrome del Norte". El País. Obtenido de https://elpais.com/elpais/2001/12/16/actualidad/1008494219_850215.html
Fuentes, L. (2018). El procés acuña un nuevo síndrome policial. El Español. Obtenido de https://cronicaglobal.elespanol.com/vida/proces-crea-nuevo-sindrome-policial_153146_102.html
Hidalgo, S. (s.f.). Glosario Audiovisual de las Víctimas del Terrorismo. Obtenido de Síndrome del Norte: https://glosariovt.com/glosario-vt/sindrome-del-norte/#toggle-id-1
Pascual, A. M. (2015). "Síndrome del Norte", la asignatura pendiente. Obtenido de Benemérita al día: https://www.benemeritaaldia.org/actualidad/terrorismo/14591-sindrome-del-norte-la-asignatura-pendiente.html
Sainz, J. (Octubre de 2011). ETA anuncia el final definitivo de la violencia. Diario vasco. Obtenido de https://www.diariovasco.com/v/20111021/politica/anuncia-final-definitivo-violencia-20111021.html
Todo Policía. (s.f.). Síndrome del Norte, las otras víctimas del terrorismo. Obtenido de Todopolicia.com: https://www.todopolicia.com/foro/threads/sindrome-del-norte-las-otras-victimas-del-terrorismo.1411/
Yárnoz, C. (1985). El "síndrome del Norte". El País. Obtenido de https://elpais.com/diario/1985/08/11/espana/492559208_850215.html
Noura Qasrawi
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Estudiante de 4º curso del Doble Grado en Psicología y Criminología
Universidad Pontificia Comillas